divendres, 24 de març del 2017

Abusos lingüísticos en el marketing



¿Cuántas veces hemos visto la palabra “sólo”, “just” u “only” al lado de un precio? Centenares no, miles de veces.

Un recurso lingüístico del que se abusa, para señalar un precio supuestamente bajo o competitivo. Pero que no es así.

Un ejemplo paradigmático, además de insultante, es el caso de las revistas con la oferta de alimentos y bebidas que se proporcionan en los vuelos. “Ofertas” tales como “croissant y café por SÓLO 5€” se antojan ridículas y como tomaduras de pelo. ¿Cómo que “sólo”? Un café con leche no debería costar más de un euro, tomes donde lo tomes, y un croissant industrial ya ni eso.



Vender estas ofertas como oportunidades lo único que consigue es que el consumidor se sienta tratado como un imbécil. Quizás, en nuestra mente empresarial, el desembolso exigido por ofrecer esos productos queda justificado en nuestras cuentas, pero el cliente se sentirá atracado porque el precio es a todas luces excesivo.

FUENTE: http://www.inflightfeed.com/ryanair/

dimarts, 7 de març del 2017

Conocimiento por limitación o expansión.

Hay dos formas de acceder a nuevo conocimiento. A ver cuál de éstas es vuestra vía favorita.

Supongamos que partimos de una ideología que nos identifica. Podemos desear obtener más información. Una opción es leer a autores u obras que repitan lo mismo que ya sabemos o que, si acaso, maticen algunas ideas, pero que nos confirmen lo esencial. Podemos leer sobre independentismo y que esto nos refuerce nuestras convicciones. O sobre feminismo. O comunismo. Lo que sea. En esta forma de acceso al conocimiento estamos optando por la senda conocida, la que nos hace sentir cómodos y confirma todo aquello que damos por válido. Podremos obtener nuevo conocimiento, pero siempre dentro de los límites conocidos y definiendo muy bien el territorio. Nuestras ideas quedarán encapsuladas y será muy difícil que en un futuro cambiemos la esencia de nuestra forma de pensar.

En el otro lado, en cambio, tenemos el acceso a información contraria a la nuestra. Se trata de leer a personas que piensen total o parcialmente opuesta a nosotros, a autores que nos lleven la contraria o que planteen escenarios que se nos antojan erróneos. Puede que accedamos a esta información con desconfianza, y seguro que nuestro cerebro se encargará de boicotear todos los argumentos que se nos presenten. Pero, aun así, aunque nuestro cerebro eche el cerrojo y rechace incorporar toda esta información, el ejercicio valdrá la pena. Leer sobre ideas que remuevan los cimientos de las propias contribuye a que éstas se consoliden o a que éstas se vuelvan más flexibles. Desde luego, puede pasar una cosa u otra, y puede que acabemos más convencidos de lo que ya estábamos. Sin embargo, el hábito de leer a personas que ponen en duda nuestro sistema de creencias puede volvernos más comprensivos y dialogantes.

¿Y tú? ¿Optas por la senda conocida o confrontas tus ideas con otras que no te representan (todavía)?